miércoles, 4 de agosto de 2010

Cera, cera y más cera.

El día de hoy reseño un par de excelentes películas que ofrecen una nueva (e interesante) perspectiva sobre una atracción muy popular: El museo de cera.

El misterio del museo de cera / Mystery of the wax museum (1933)



Esta película es el origen de todas las versiones cinematográficas posteriores; también es conocida como Los crímenes del museo.
La historia comienza con Ivan Igor, un escultor que muestra una auténtica devoción a sus creaciones. Una noche recibe una visita por parte de un inversionista que le hace varias propuestas; el artista rechaza un jugoso trato, prefiriendo mantenerse fiel a su trabajo. Esto desencadena un incidente del que sobrevive milagrosamente.
Más de una década después, las festividades se ensombrecen con la repentina muerte de una modelo; el misterio aumenta cuando su cadáver es robado de la morgue. Una reportera se dedica a investigar el suceso y comienza a conectarlo con la reciente apertura de un museo de cera en la ciudad.
Es una producción bastante dinámica, con una ambientación eficiente y un excelente reparto. Es un tanto más ligera y humorística que el remake que salió 20 años después. También hay que reconocer que, aunque el personaje de Lionel Atwill cumplió con las expectativas, es Glenda Farrell quien se roba el show con su carisma.
Esta película está incluida en el DVD de Los crímenes del museo de cera.
100% recomendable.


Los crímenes del museo de cera / House of wax (1953)


En Latinoamérica se le nombró Terror en el museo de cera.
El protagonista de esta cinta es el magnífico Vincent Price quien da vida a Henry Jarrod, un escultor que tiene un vínculo muy especial con sus creaciones y profesa un especial cariño hacia una reproducción de María Antonieta, su obra predilecta. Cuando un compañero financiero le propone maneras poco éticas para conseguir dinero, comienza el caos. Un incendio destruye todas las piezas y por poco termina con la vida del artista.
La trama es muy similar a la original. La principal diferencia es que hay un mayor enfoque en el terror, así como en el personaje del escultor enloquecido. Además, la musicalización es superior y el maquillaje es más realista.
Es una historia que sin necesidad de tener violencia excesiva logra crear un ambiente de suspenso. El personaje de Price es memorable y demuestra su gran talento.
Una excelente elección.


Para ambas cintas:

Hago aquí un pequeño apartado a La casa de cera, realizada en el 2005. Evidentemente no está incluida en la clasificación anterior. Sin entrar en muchos detalles, resultó ser un somnífero. Quizá en otra ocasión haga una reseña de esta cinta.
El primer punto es que la única relación entre esta y la versión de 1953 es: A) El nombre y B) El hecho de que el museo es un lugar clave en la trama. Me desconcierta que haya personas que crean que es un remake, aún cuando las historias no tienen ninguna similitud. Debo suponer que no han visto y comparado. En la versión antigua no hay hermanos homicidas, ni pueblo fantasma, ni adolescentes corriendo por todas partes. En cambio ofrece una mejor calidad, una trama muy bien construida, personajes más interesantes y actores brillantes.
Probablemente muchos prefieran el atractivo físico, pero... ¿Desde cuándo el talento se sustituye con la belleza? En estos días, parece ser el caso.
Yo me quedo con los artistas genuinos y no las caras bonitas, gracias.

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