Y siguen las películas ochenteras en este blog. Ahora le toca turno a esta película, que comparte nombre (pero no el argumento) con la del 2005 que fue basada en un videojuego.
La historia comienza en un hospital psiquiátrico donde se encuentran los 4 antagonistas: Un paranoico, un pirómano, un abusador de niños y un homicida. Las cosas salen de control cuando un nuevo médico llega al lugar y reemplaza a su antiguo terapeuta; pronto se convencen de que "el nuevo" asesinó a su antecesor y que ellos son sus próximos blancos, por lo que comienzan con un plan. Un apagón les ofrece la oportunidad de escapar, causar caos en las calles, divertirse y conseguir armas. Los momentos más críticos se presentan cuando los pacientes entran a la casa del médico y aterrorizan a la familia, quien se ve en la necesidad de luchar por su supervivencia.
La idea es buena. Hay momentos de humor y tensión, así como escenas memorables (por ejemplo: la secuencia del asesino bajo la cama). También hubo creatividad de por medio (tengo que destacar la improvisada defensa de la familia ante los invasores).
Desgraciadamente la película no avanza. Cuando llegan el momento de la conclusión, no logra ser realmente satisfactoria. A lo largo de la historia se presentan escenas innecesariamente largas o que no aportaron nada a la historia.
Por último, los personajes eran bastante diversos, pero no se supo aprovechar su potencial. El reparto reúne a grandes talentos que no tuvieron la oportunidad de brillar (quiero pensar que fue culpa del guión). Es una pena que ni siquiera veteranos como Palance y Pleasance pudieran rescatar esta cinta.
Solos en la oscuridad merece ser vista al menos una vez.
En lo personal esperaba más.
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