Su otro nombre en español es Loco, loco... Pero no tanto.
La historia se enfoca en Emory Leeson, un ejecutivo de publicidad con una propuesta original: lanzar al mercado anuncios con frases que expresen "la verdad" sobre el producto. Cuando la compañía se convence de que es una locura, lo envían a una institución psiquiátrica donde encuentra una interesante cantidad de pacientes (incluyendo un personaje que sólo se comunica a través de la palabra "hola").
Irónicamente, la estrategia publicitaria resulta exitosa y nuevamente necesitan a Leeson, quien ahora tiene otro plan: hacer que los pacientes participen en la elaboración de los nuevos conceptos. Lo que sigue es una serie de hechos que desafían la lógica en más de un sentido.
Gente loca me parece una comedia con sustancia. La idea de las campañas que correspondan a la realidad de una manera directa sería un experimento muy interesante en la sociedad actual. No sé si sólo son ideas mías, pero las técnicas utilizadas para crear las frases publicitarias me recordaron al pensamiento lateral (tema central del libro Seis sombreros para pensar, reseñado aquí).
Quizá el tema de la publicidad pueda resultar un aburrimiento para la mayoría, pero esta película brinda un nuevo punto de vista en medio de situaciones bastante simpáticas. Después de todo, ¿quién dijo que la originalidad y la creatividad vienen de forma convencional?
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